
El mantenimiento continuado de los equipos informáticos en la empresa mejorará por un lado el rendimiento de los mismos, al adecuar la carga de los sistemas a su capacidad real, no infrautilizándonos ni sobrecargándolos demasiado. Además, se optimizará el uso del software si mantenemos el sistema operativo subyacente en todos los equipos optimizado y actualizado. Por otro lado, el mantenimiento del hardware es necesario para evitar que se desgaste demasiado rápido y deba ser reemplazado en un plazo excesivamente breve de tiempo. La limpieza de fuentes de alimentación y demás dispositivos mecánicos (por ejemplo, aquellos que incluyen ventiladores y disipadores) mejorará la ventilación de los equipos y, por consiguiente, se reducirá su sobrecalentamiento y el consumo energético asociado a los mismos.
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