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sábado, 1 de marzo de 2008

Portal rojo a Britannia

Llevaba rondándome por la cabeza bastante tiempo, pero tras la afirmación de mi compañero de equipo Piterlouis(*) de que se trata de uno de mis juegos preferidos, no me queda más remedio que hacerlo: escribir sobre la saga Ultima y, más concretamente, sobre su séptima parte.


Inicio de la aventura


Ultima VII, The Black Gate, es uno de los juegos de rol que más me ha impactado. Lo jugué tras su lanzamiento, hace la friolera de 16 años, en un x386 a 25Mhz que apenas conseguía proporcionar la velocidad suficiente para que se moviese con la adecuada fluidez. De hecho, fue uno de los primeros juegos que me engancharon a “velocidad anormalmente reducida”, al menos hasta que pude ampliar la memoria RAM (de 1 a 4 Megabytes), pero su majestuosidad, la profundidad de su historia y su adictivo argumento no daban tregua a la espera por un equipo de mayores prestaciones.


La historia que presentaba ante nosotros el singular Lord British (aka Richard Garriot, en la “saga realidad”) era, a grandes rasgos, la siguiente: Tras vencer a la gárgola, el Avatar -protagonista de la saga desde el primero de los capítulos- retorna a su hogar, fuera del mundo de Britannia. Sin embargo, dos siglos más tarde, una enigmática figura que se autodenomina El Guardián, reta al Avatar diciéndole que ha llegado una nueva era de luz, en la que él dominará Britannia. El Avatar debe regresar a través de un Portal Lunar rojo, y al hacerlo llega a la ciudad de Trinsic, donde su viejo amigo Eolo le espera junto a Spark, un niño que acaba de quedar huérfano al morir su padre, la noche anterior, en un asesinato ritual. Se le pide al Avatar que investigue el crimen y su supuesta relación con La Hermandad, una filosofía religiosa que ha surgido en los últimos tiempos alrededor de Batlin, su guía espiritual.


Esta que describimos será la historia principal de Ultima VII, y resulta prometedora desde que, poco a poco, vamos descubriendo hilos argumentales y situaciones que, como en una buena novela detectivesca, nos encaminan en la dirección adecuada para resolver el misterio. Sin embargo, a lo largo de nuestro deambular por Britannia descubriremos cientos de pequeñas historias que pueden ayudarnos a encajar las piezas del puzle o, simplemente, aportarnos mayor diversión y horas de juego en misiones segundarias que nada tienen que ver, y nada influirán, en el devenir de nuestras investigaciones y la conclusión del juego.


La evolución de Ultima con el paso de los años fue, como es de suponer, acompañada por una mejora técnica que concluyó, en Ultima VII, con un interfaz gráfico mucho más avanzado que el de sus predecesores. La vista del juego desde una perspectiva cenital, el terreno de juego que ocupaba toda la pantalla, sobre la que se superponían los elementos de inventario cuando era necesario, la posibilidad de usar exclusivamente el ratón, un sistema de lucha en tiempo real sustituyendo al basado en turnos de las partes anteriores, personajes dotados de inteligencia artificial y que podían decidir cómo actuar en función de si el Avatar era o no fiel a sus Virtudes… Todo ello acompañaba a la fantástica historia para envolvernos en un mundo ficticio con una profundidad pocas veces vista hasta la fecha.



Ventanas de inventario
Mucha armadura mágica llevamos...

A Ultima VII, The Black Gate, siguió una segunda parte, Ultima VII, The Serpent Isle, que continuaba la historia iniciada con el portal negro pero, a mi parecer, con menor profundidad, lo que le hizo perder puntos. Ultima VIII y Ultima IX dieron un cambio a la saga, restando componentes de rol e incrementando los de aventura e, incluso, de arcade, hecho este por el que fueron ampliamente criticados. Mejor suerte corrió Ultima Online, uno de los primeros MMORPG como los conocemos hoy día, y que se sigue jugando ampliamente entre la comunidad, creciendo en mundos y en jugadores conforme pasa el tiempo, aunque herederos suyos, como WoW le vayan robando terreno a pasos agigantados.



Inicio en Trinsic
Inicio de la aventura, en Trinsic

Inicio en Trinsic, en Exult 3D
El mismo inicio, visto con Exult 3D

Por último, para aquellos jugones que no lo disfrutaron, y para aquellos que sí lo hicieron y desearían volver a hacerlo, me gustaría remarcar la existencia de Exult, un motor de juego de Ultima VII, reescrito por la comunidad de desarrolladores, y disponible de forma gratuita para su descarga. Con Exult es posible jugar a Ultima VII desde diversas plataformas (Linux incluido), siempre que dispongamos del juego original . Es decir, no sustituye al mismo, sino que lo complementa, evitando problemas como el extensor de memoria que se usó en su programación (un incompatible en la actualidad Voodoo Memory Manager). Además, como curiosidad, añadiré que hace unos meses pude comprobar cómo se está desarrollando un Exult 3D, un nuevo motor de juego que toma los componentes del Ultima VII clásico para transportarnos mediante este motor gráfico en tres dimensiones a una Britannia renovada, pero tan apasionante como siempre.


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(*) Piterluis, del equipo de Vicious Team.


(Este artículo fue publicado originalmente en Malvicio.com)

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