Nota del autor

Si la entrada que estás leyendo carece de imágenes, no se ve el vídeo que teóricamente lleva incrustado o el código fuente mostrado aparece sin formato, podéis conocer los motivos aquí. Poco a poco iré restableciendo la normalidad en el blog.
Este blog es un archivo de los artículos situados previamente en Lobosoft.es y ha dejado de ser actualizado. Las nuevas entradas pueden encontrarse en www.lobosoft.es. Un saludo,
Lobosoft.

martes, 19 de febrero de 2008

MS-Oil (TM)

Hace unos días, el 15 de febrero, Microsoft anunciaba la publicación del formato de los archivos binarios de Office. Ha costado años, pero por fin está aquí. Esta apertura de la información sobre cómo Word, Excel o Powerpoint, entre otras aplicaciones, gestionan y almacenan la información permitirá una mayor compatibilidad de iniciativas libres, como OpenOffice, obligado hasta el momento a llevar a cabo prácticas de ingeniería inversa para "intuir" el modo en que almacena la información el paquete ofimático estrella de Microsoft. Así que, a partir de ahora, la exportación de archivos de MS-Office a OpenOffice y viceversa podría darse sin mayor problema. ¡Albricias!, podríamos exclamar. Todo perfecto, ¿verdad? Pues la verdad es que no.


Cabría cuestionarse los motivos que subyacen a la decisión de Microsoft de mostrar precisamente ahora lo que hay en la trastienda de Office. ¿Por amor al arte, a la tecnología, o por un arrebato de buena voluntad? La verdad es que me cuesta aceptar que sea así, y tengo mis motivos.


Cualquier usuario afirmaría ahora que a él -o a ella- el Office de Microsoft le viene como anillo al dedo, y que para escribir cuatro cartas y llevar las cuentas de la casa lo que le viene bien es un programa que lo tenga todo y no dé problemas. Que en la oficina al friqui de turno se le ocurrió llevar una vez el OpenOffice ese y luego no había tabla que quedase alineada como esperábamos o documento que se abriese sin mayor dificultad. En esencia, todo eso es cierto, pero ¿quién provoca el problema?


Para dar con ello, habría que esbozar al menos la historia de OpenOffice, que es ciertamente interesante. Un grupo de desarrolladores (personas y empresas) se dedicaron a crear y promocionar un formato universal y libre para los documentos (el ODF u Open Document Format), y llegaron a conseguir su aceptación dentro del estándar ISO 26300. Algún tiempo después, fue adoptado como estándar por OASIS (Organization for the Advancement of Structured Information Standards), y su evolución se producirá dentro del control de dicha organización. Es decir, si el formato de los archivos de nuestros documentos cumple los estándares, nos aseguramos de que podrán ser abiertos y editados en cualquier programa compatible, dando igual, por tanto, la aplicación que hubiese sido usada para crearlos. En consecuencia, tendremos la posibilidad de elegir el programa que más nos guste o se adapte a nuestras necesidades (y a nuestro bolsillo) sin necesidad de preocuparnos por los que usen los demás.


Microsoft, por otro lado, lanzó hace poco su formato OOXML (Office Open XML), coincidiendo con su nuevo producto estrella, Office 2007. Dicho formato no es compatible ni tan siquiera con las versiones anteriores de Office, con lo que Microsoft se asegura que los usuarios deban actualizar sus licencias. Si, aunque sea poco a poco, todo nuestro entorno va actualizándose a Office 2007, no nos quedará más remedio que hacerlo, o perderemos la capacidad de intercambiar documentos (información, al fin y al cabo) con otras personas. Si a los particulares sumamos empresas y organismos públicos (que, recordémoslo, adquieren esas licencias con el dinero de nuestros impuestos) veremos que la situación no nos es ajena en absoluto. Y es que ni Windows ni Office "vienen gratis" con el ordenador que adquirimos.


Rizando el rizo, Microsoft pretende ahora obtener una certificación ISO para Open XML como si se tratase de un formato estándar -cuando de abierto lo único que tiene es el nombre-, saltándose a la torera la existencia de ODF, que sí es un estándar aprobado por los organismos competentes.


Si lo pensamos desde otra perspectiva, el caso que nos ocupa podría asemejarse a tener un coche para el que sólo nos sirviese el carburante de una determinada compañía. ¿Nos arriesgaríamos a salir a la carretera sabiendo que sólo podremos repostar "MS-Oil 2007", sin posibilidad de hacer otra elección? Yo, sinceramente, no.


bannerooxmlnoapto.gif


Si deseas apoyar la campaña en contra de la aceptación de OOXML como un estándar ISO puedes firmar en la dirección: http://www.noooxml.org/petition-es/

2 comentarios:

  1. [...] han sido generados. Recordemos que Microsoft estaba gestionando la solicitud para que su formato OpenXML fuese declarado un estándar ISO, aunque lo cierto es que no conseguía obtener todo el apoyo deseado en los resultados de las [...]

    ResponderEliminar
  2. [...] y, por verle algún aspecto positivo, siempre se les ha visto venir de frente. El proceso de estandarización de OpenXML no está siendo una excepción, ya que viene de la mano de una fuerte polémica y, como se sabe, [...]

    ResponderEliminar