Nota del autor

Si la entrada que estás leyendo carece de imágenes, no se ve el vídeo que teóricamente lleva incrustado o el código fuente mostrado aparece sin formato, podéis conocer los motivos aquí. Poco a poco iré restableciendo la normalidad en el blog.
Este blog es un archivo de los artículos situados previamente en Lobosoft.es y ha dejado de ser actualizado. Las nuevas entradas pueden encontrarse en www.lobosoft.es. Un saludo,
Lobosoft.
Mostrando entradas con la etiqueta medio ambiente. Mostrar todas las entradas
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jueves, 5 de mayo de 2011

Nuevamente viernes

Hace tiempo inicié una sección que intenté que fuese semanal llamada “¡Por fin viernes!”. En ella incluía entradas en las que cada viernes realizaba un pequeño resumen de algunas de las entradas que durante la misma había descubierto en la red y me habían parecido interesantes o hacía una reflexión en torno a lo que había ocurrido en la misma. Hoy, meses –años– después, la retomo para realizar una declaración de intenciones implícita ya que si no terminará por truncarse como tantas otras, e insuflar vida al blog. He aquí el “¡Por fin viernes!” de la primera semana de mayo de 2011 con un breve resumen de lo acontecido en la misma.

Llevo un tiempo volviendo a “reenamorarme” de la profesión y durante el último par de meses he realizado varios cursos en diversas materias (HTML5 y CSS3, diseño y programación de videojuegos en Python y J2ME, LOPD, metodologías ITIL, Silverlight, este en curso) además de seguir con otro de Periodismo Ambiental y la Licenciatura en Ciencias Ambientales. Sin embargo, me seguía faltando algo. El blog, que en el pasado tanto me llenó, continuaba inactivo. Ya en su día, años atrás, fue el motor del cambio, el que me permitió redescubrirme como informático y creo que ha llegado el momento de que vuelva a ser así. A principios de la semana me llegaba un aviso de expiración del dominio y me estuve planteando si merecía la pena seguir con él. En el último año, tras pagar el servicio de hosting a unos indeseables y que me impidiesen el acceso a mi propia cuenta apenas un par de meses después de la renovación tomé la decisión de desvincularles como contacto técnico, ponerme a mí mismo y redirigir el dominio al blog de Blogger en el que está actualmente. Me dedicaría entonces a escribir más que a administrar el sitio, pero no fue así. Tras un año de actividad prácticamente nula he decidido darle una oportunidad y aquí estoy. Con el dominio y los ánimos renovados, una cuenta de Twitter (@Lobosoft_Es) y todas las antiguas entradas que había decidido dejar atrás y que finalmente (¡ay, espíritu voluble!) he determinado incluir en el blog e ir arreglándolas, vuelvo a recuperar las ganas de escribir y experimentar... ¡o justo al contrario!

Desde comienzos del verano pasado trabajaba y escribía en mi viejo portátil con alma de GNU/Linux (en concreto, la distro gNewSense. Con la tarjeta de vídeo fastidiada, los sistemas operativos del amigo Gates apenas funcionaban un minuto antes de que la imagen se congelase y tuviera que apagar el ordenador durante bastante tiempo -de minutos a horas- antes de que volviese a funcionar). Hoy, en ese afán de renovación, he hecho mío este otro pequeño: un HP DV6-3181SS con un corazoncito i7 y bastante guerra por delante. Aunque siempre me han gustado más los sobremesa, el portátil me permitirá gozar de mayor movilidad y, por supuesto, he buscado una marca que ofreciese calidad desde la responsabilidad. La presencia de coltán en los portátiles así como el importante consumo de recursos necesario para fabricarlos hace imprescindible, a mi parecer, que pensemos mu y bien nuestras compras antes de que, llevándolas a cabo, emitamos nuestro “voto” a favor de un modelo de producción u otro. Si tenéis curiosidad, podéis leer las respuestas de HP a las cuestiones planteadas por la organización Make IT Fair, una ONG que pide que la fabricación de móviles y otros equipos electrónicos se realice de forma social y medioambientalmente responsable.

En cuanto a los eventos de la semana, ayer se celebraba en Málaga el Asegúr@IT 9, “La cabeza en las nubes, los pies en el suelo” y creo que estuvo genial. Y digo creo porque por el trabajo no pude asistir (ay, qué tiempos gloriosos los de estudiante a tiempo completo, jajaja) aunque me habría encantado. Si alguno de vosotros estuvo por allí, ¿por qué no nos pone al tanto de la jornada? ¡Ah! Y para quien quiera y pueda, el martes de la próxima semana (día 10 de mayo) hay una jornada sobre seguridad en la web también en Málaga. De momento, nada más.

¡Buen fin de semana!

miércoles, 10 de noviembre de 2010

Decrecimiento informático

Entrada publicada originariamente en el blog Informática, sociedad y medio ambiente bajo el mismo título.

Unir decrecimiento e informática en una misma frase puede parecer una locura o una paradoja, pero lo cierto es que una de las ramas de la tecnología que mayor crecimiento ha experimentado desde su nacimiento hace apenas unas décadas es susceptible de hacer suyas algunas de las consideraciones que esta corriente de pensamiento, máxime cuando ha sido puntera en aspectos como el ahorro energético y optimización de la gestión de la información.

Por situarnos en contexto, podríamos decir que "la consigna del decrecimiento tiene como meta, sobre todo, insistir fuertemente en abandonar el objetivo del crecimiento por el crecimiento, [...] En todo rigor, convendría más hablar de acrecimiento, tal como hablamos de ateísmo". Estas palabras del economista Serge Latouche nos invitan a reflexionar sobre dos aspectos. El primero, común entre los defensores del decrecimiento, es eliminar la concepción del crecimiento económico como único motor de bienestar y la imposibilidad de detenerlo si queremos mantener un estado del bienestar. Existen innumerables países donde el crecimiento económico desmedido no ha evitado la existencia de desigualdades sociales o de personas que viven en la miseria. El otro aspecto, el del “acrecimiento” me parece muy adecuado para aplicarlo a la informática ya que, en rigor, esta entrada sobre decrecimiento informático bien podría haber sido titulada como “acrecimiento informático”, un verdadero desafío a la Ley de Moore. Veamos el porqué de esta afirmación.

Según afirmaba Moore -uno de los fundadores de Intel- en 1965, el número de transistores de un chip se duplicaría cada dos años y con él, la potencia de cálculo de los ordenadores. Este crecimiento exponencial de la potencia de los ordenadores ha sido visto como un beneficio por los usuarios y profesionales del sector y, de hecho, el auge de la informática ha sido propiciado en buena parte por el abaratamiento del precio de los equipos (gracias en parte a esa disminución del tamaño de los chips). Sin embargo, ¿hasta qué punto utilizamos al máximo las posibilidades que nos ofrecen nuestros ordenadores personales? ¿Es realmente necesaria esa renovación continua de los equipos?

Hasta no hace mucho, al comprar un ordenador sabíamos que al salir de la tienda ya estábamos llevando con nosotros un ordenador desfasado, tal era la velocidad de renovación de la oferta en el mercado. Ahora, con la proliferación de equipos de menor tamaño y prestaciones más limitadas (los archiconocidos “notebooks” o “notepads” y, actualmente, los iPad y sus clónicos, herederos de los “tablet-PC”) el mercado del hardware ha comenzado a diversificarse y a apostar en menor medida por el incremento de la velocidad de procesamiento de sus equipos, ofreciendo prestaciones alternativas para todo tipo de usuarios. Sin embargo, al igual que planteaba hace un momento: ¿hasta qué punto aprovechamos todas las posibilidades del hardware?

Los equipos que suelen ofrecer los distribuidores llevan preinstalado un sistema operativo que, las más de las veces, es software propietario (privativo), usualmente Microsoft Windows en alguna de sus versiones o alguno de Apple en sus equipos (MacOS, iOS…). Aunque podríamos extendernos con diversos factores negativos de este tipo de software (llegará el momento para ello, sin duda) no es este el momento para ello. Sin embargo, sí que es cierto que no siempre aprovechan del mejor modo el hardware disponible (la excepción aquí tal vez podría ser Apple, ya que en su caso hardware y software están siempre íntimamente relacionados), como podíamos comprobar no hace mucho al contrastar el rendimiento visual de Windows Vista frente a algunas distribuciones de GNU/Linux usando Compiz en su interfaz de usuario. La penalización en rendimiento que conlleva usar sistemas operativos con grandes despliegues en el aspecto visual (o que no permitan ajustarlo a las necesidades del usuario) también debería ser tenida en cuenta a la hora de establecer cuál es la mejor opción que podemos usar, máxime cuando el sistema operativo es la base para la ejecución de aquellas aplicaciones que interesarán más a cada perfil de usuario (suites ofimáticas, diseño asistido por ordenador, retoque fotográfico, videojuegos y un largo etcétera).

Sin embargo, las capacidades de multitarea/multiproceso de los sistemas operativos modernos, que parecen aprovechar al máximo los sistemas con múltiples procesadores o procesadores multinúcleo palidecen ante la aparente simplicidad y eficiencia de sistemas operativos como SymbOS, un sistema operativo multitarea para ordenadores de 8 bits basados en el microprocesador Z80 (el usado por los míticos ordenadores domésticos de la década de los 80). Cuando hace varios años vi una versión de este software funcionando me vino a la cabeza el enorme potencial que tenían aquellos, en apariencia, limitados equipos y cómo a lo largo de los años una creciente comunidad de aficionados a los mismos ha seguido explotando sus posibilidades y asombrándonos con cada nuevo lanzamiento.

Algo parecido me ocurrió recientemente cuando vi un vídeo del entrañable Spectrum (mi primer ordenador) reproduciendo precisamente una animación mediante la técnica de video streaming. La fluidez con que se movían las imágenes no permitía imaginar, aun a pesar de lo limitado de la gama de colores representada, que se tratase de un ordenador equipado con un Z80 y apenas unos cientos de kilobytes de memoria RAM. Versiones de videojuegos mucho más actuales como "Doom" en 3D o "Prince of Persia" ejecutándose en esas máquinas (especialmente en clónicos de Spectrum rusos, estos sí de mayor potencia) donde se desenvolvían con toda soltura. Estos ordenadores de 8 bits han seguido evolucionando a su ritmo, al margen de las demandas de un mercado del que quedaron excluidos por la llegada de los ordenadores de 16 bits como el Amiga y, muy especialmente, del PC. Los equipos soviéticos son un ejemplo de cómo la falta de recursos ha agudizado el ingenio, permitiendo crear ordenadores en muchas ocasiones caseros, en otras producidos a baja escala, que si bien superan a sus predecesores en potencia de cálculo lo cierto es que basan su éxito en el uso eficiente por parte del software de los recursos que le ofrece el hardware.

SymbOS ejecutándose en un MSX.

"Prince of Persia" para Spectrum.
Por supuesto, se muestra difícil cuando no imposible volver a esa época dorada de unos ordenadores que hoy día se clasifican bajo la genérica categoría de “retro”. Es más, se nos podría tildar de nostálgicos y de no tener los pies sobre la tierra. Sin embargo, creo que sí se vuelve necesario hacer a la sociedad partícipe de lo innecesario del cambio de equipos informáticos cada poco tiempo. Además de lo costosa que resulta su producción en términos sociales y medioambientales (y económicos, aunque no lo parezca, aunque buena parte de los costes se omiten como externalidades que pagan los más desfavorecidos habitualmente) y lo contaminantes que son sus residuos, lo cierto es que parece absurdo dejarse llevar por una alocada carrera en la que software cada vez más devorador de recursos o menos eficiente (ya que como el hardware parecía ilimitado en muchas ocasiones no se optimiza el código que subyace a los programas informáticos) comienza a requerir hardware más potente que, tras ser adquirido, invita a instalar nuevo software con mayores funcionalidades que las más de las veces no necesitamos o no usamos pero que continua invitándonos a renovar continuamente nuestro ordenador con las tristes repercusiones a las que nos hemos referido brevemente.

Una alternativa a este cambio continuo del tándem software-hardware (o aplicaciones-equipos informáticos, como se prefiera) es el software libre. Entre las numerosas ventajas que presenta se encuentran algunas como la libertad de elección, modificación y distribución del software, el facilitar el aprendizaje de la informática y otras muchas que pueden verse con claridad, por ejemplo, en el mapa conceptual que incluye la entrada de la Wikipedia. La evolución de sistemas operativos y la posibilidad de tener aplicaciones “a medida” de las necesidades del usuario son ventajas que permiten ejecutar el software en máquinas con rendimiento más limitado, usualmente tomadas por obsoletas pero con una vida útil ciertamente prolongada, en nada acorde al momento en que las desechan los usuarios.

También resultan interesantes los usos de la computación distribuida basada en el tiempo de CPU sin uso de nuestros ordenadores domésticos. Proyectos como SETI@home, que usa el tiempo de procesamiento de los equipos cuando no están siendo utilizados por su usuarios, mediante “salvapantallas” especiales; Climate Prediction, para contribuir a la realización de simulaciones meteorológicas que permitan llevar a cabo predicciones más acertadas, o Rosetta@home, que trabaja con proteínas y sus interacciones buscando soluciones para diversas enfermedades son algunas de las opciones disponibles para contribuir con nuestros ordenadores al conocimiento científico.

En definitiva, y por no extenderme en demasía, creo que se hace necesario plantearse un “decrecimiento” o “acrecimiento” en la informática que se traduciría en un uso más eficiente de los actuales equipos informáticos y del software que ejecutan. Podríamos concretar algunos de los pasos a seguir en esta lista, indiscutiblemente limitada, que presento:
  • El software debería estar mucho más optimizado, permitiendo un mejor uso de las posibilidades del hardware.
  • El software debería ser más modular, permitiendo a los usuarios escoger qué aplicaciones y funciones les son necesarias.
  • Buscar alternativas cuando un determinado software tenga requisitos de hardware demasiado elevados o que excedan a la potencia del que disponemos. Existen numerosos programas que “hacen lo mismo” o que cubren nuestras necesidades sin ir más allá, aportando funciones totalmente prescindibles para el uso que damos al software pero que requieren de una máquina más potente.
  • Utilizar software libre hace posibles los puntos anteriores, además de respetar los estándares establecidos o defender valores éticos como los de igualdad, creatividad, colaboración, solidaridad, privacidad y libertad.
  • Puesta en valor de equipos informáticos considerados (erróneamente) como obsoletos.
  • Uso de equipos informáticos que permitan la reparación de sus componentes cuando se averían o su sustitución sin afectar, si no es estrictamente necesario, a otras partes del ordenador. Por ejemplo, un equipo de sobremesa es más sencillo de reparar o actualizar que un portátil.
  • Usar equipos que incluyan mejoras de eficiencia energética (sobre este tema incidiremos en próximas entradas).
  • No cambiar de ordenador a menos que sea absolutamente necesario y no exista otra opción. Si nuestro ordenador antiguo sigue funcionando podemos donarlo a alguna asociación local o que los lleve a países en desarrollo. Si está irremisiblemente averiado, llevarlo a un Punto Limpio de nuestra ciudad.

Para saber más:

domingo, 14 de marzo de 2010

Bonito homenaje de Google...

Al menos de Google España. Hoy se celebra el trigésimo aniversario del fallecimiento del mayor embajador de la naturaleza, Félix Rodriguez de la Fuente, y Google le recuerda en su logotipo.

viernes, 22 de mayo de 2009

Por un futuro más justo

Jane Goodall, la primatóloga que ha dedicado su vida a estudiar el comportamiento de nuestros primos cercanos, los chimpancés (es, a esta especie, lo que Dian Fossey a los gorilas de montaña), promueve desde su Fundación el reciclado de teléfonos móviles. Como ya sabéis, el Coltán es un mineral muy escaso, componente fundamental de móviles, ordenadores portátiles y otros dispositivos electrónicos, y mueve grandes intereses y guerras en África.

Por ello, os dejo la noticia porque creo que es lo suficientemente interesante como para que se le dé difusión y apoyo.

¡Saludos, y buen fin de semana!

miércoles, 13 de mayo de 2009

¡Ordenadores para todos!

Entre las noticias que el Presidente del Gobierno hiciese públicas durante el Debate sobre el Estado de la Nación destaca una que, por afinidad a los contenidos del blog y al propio desasosiego que me creó, no puedo resistirme a comentar hoy. Se trata de la iniciativa de otorgar a las familias españolas un “cheque digital” de 50€ por niño y ayudas a la concesión de créditos de bajo coste para la adquisición de ordenadores portátiles que contribuyan a que los niños estudien, en casa y en el aula. Ante esto, me vienen a la cabeza una serie de situaciones, pasadas, presentes y futuras, que no dejan de inquietarme.


La primera, como no podía ser menos, es el actual analfabetismo digital que sufre el país. Por llamarlo de algún modo, esta carencia de conocimientos sobre informática en España es una rémora que venimos sufriendo desde que Infovía era lo más parecido a Internet que teníamos aquí y de aquellos tiempos en los que la conexión a Internet era, a la par que penosa (¡ay, qué fue de aquellos modems a 56Kb!) extremadamente cara. Ah, cierto, salvando las distancias, hoy día sigue siendo cara para el servicio que ofrece, comparativamente hablando, claro está, con respecto al resto de Europa. Obviamente, España necesita modernizarse, entrar de pleno en las nuevas tecnologías, y esta es una labor que debe llevarse a cabo fundamentalmente con los niños. Hasta ahí, totalmente de acuerdo, por más que éste y anteriores gobiernos hayan hecho caso omiso a estas necesidades de modernización.


Dicho esto, y partiendo de la necesidad de acercar la informática a los niños y jóvenes, me embarga un sentimiento de “Abuelo Cebolleta” que me lleva a plantearme cómo hemos llegado a un punto tan crítico en la falta de educación de estas generaciones. No hablo ya del acercamiento a las tecnologías, sino de materias básicas. Los diversos cambios organizativos y estructurales impulsados por las distintas legislaturas han llevado al sistema educativo español a un nivel de paupérrima calidad. Cada vez se enseña menos y peor. Los niños, los jóvenes (y hablo en general, obviamente existen honrosas excepciones que confirman la regla) a día de hoy escriben y se expresan peor, tienen menos conocimientos que antes, menor comprensión lectora… En general, y valga la redundancia, no “aprenden a aprender”. ¿Solucionará esto la introducción de los ordenadores en las aulas? Sinceramente, no lo creo. En mi caso (personal y particular), no me considero un negado para la informática. Para bien o para mal, aquí me tenéis, con más de 20 años a las espaldas de quemarme las retinas frente a monitores TFTs y CTRs, pantallas de fósforo verde y televisores (en los tiempos gloriosos de los 8 bits es lo que había :P), por devoción y profesión dedicado a la informática, y a día de hoy no concibo aprender frente a un ordenador. Aprender, entiéndase, leyendo libros o usando cursos on-line. Y que conste que he sido alumno de numerosas acciones formativas a distancia, con plataformas de todos los sabores, e incluso durante unos cuantos años me dediqué a la docencia, usando entre otros recursos formativos estos portales y otros contenidos multimedia. Sinceramente: se asimila un 50 ó 60%, siendo generoso, de lo que sería posible con un medio más tradicional, y de este porcentaje se retiene una ínfima parte. Entonces, ¿no es posible aprender con un ordenador? Mi respuesta es que sí, pero depende de cómo y de qué, los resultados serán mejores o peores. A todo esto habría que sumarle la reticencia del profesorado (como en el caso anterior, generalizo pero por desgracia la tendencia es la que describo) a reciclarse, a acercarse y aprender sobre nuevas tecnologías. Triste pero cierto, los docentes no quieren ser discentes para mejorar en su trabajo.


Por último, y pasando a un plano más técnico, se me ocurre pensar en qué condiciones establecerá el Gobierno a la hora de otorgar las ayudas, o seleccionar los equipos que deberán usar los alumnos. ¿Se decantará por una alianza con Microsoft u otras grandes compañías de software para preinstalar en los equipos el sistema operativo y software ofimático necesario para sacarles partido? ¿Pagaremos de nuestro bolsillo 100 milloncejos de euros al año en licencias? ¿O se optará, como ya están haciendo las Comunidades Autónomas de Extremadura, Andalucía y  la Comunidad Valenciana con sus distribuciones de GNU/Linux, por promocionar  y usar software libre? ¿Y el hardware? Se habla de portátiles (infiero que netbooks), muy prácticos pero a la vez difícilmente actualizables. ¿Qué ocurrirá con los equipos que vayan quedando obsoletos? ¿Se obligará a los distribuidores a garantizar su reciclado? ¿Se exigirá que cumplan con directivas internacionales en torno a eficiencia energética? Muchas preguntas y muy pocas respuestas.


A vosotros, ¿qué os ha parecido la noticia? ¿Cómo enfocaríais un proceso de enseñanza guiado por medios informáticos? ¿Qué tipo de requisitos exigiríais a los equipos y al software instalado en los mismos?



Para leer más sobre esta noticia, y conocer algunas posturas al respecto:




Actualización, a 19 de mayo de 2009:

He encontrado un par de recursos interesantísimos en torno al aprendizaje utilizando libros electrónicos, que me encantaría compartir con vosotros:

jueves, 26 de marzo de 2009

La Hora del Planeta 2009


Aviso: Esta entrada podría parecer un poco fuera de lugar (off-topic, que le llaman), aunque piensa por un momento qué es tu ordenador sin electricidad: un cacharro inútil, ¿verdad? Ahora, si te place, comienza a leer…


Mañana, 28 de marzo, se llevará a cabo la acción La Hora del Planeta, promovida por el Fondo Mundial de la Naturaleza (WWF), y que pretende llamar la atención sobre el dramático impacto que ejerce el ser humano sobre el planeta en el que vive. La hora del planeta conmina a la ciudadanía mundial a secundar un apagón global que, sin hacer demasiado, dirá mucho.


La huella ecológica que imprimimos con fuertes pisadas sobre la faz de la Tierra está mermando la biodiversidad, dañando irremisiblemente los recursos naturales que, recordemos, pueden ser más o menos numerosos según el caso, pero siempre ilimitados. El consumo energético se ha disparado en las últimas décadas (en el último par de siglos más bien, aunque con particular virulencia en aquellas), y parece que no somos conscientes que, tras el acto de encender una bombilla o el ordenador con el que lees estas líneas o yo las estoy escribiendo, hay implícitas una serie de repercusiones sobre el medio ambiente.


Decía que esta hora no hará demasiado, si no la interiorizamos y, haciéndola nuestra, la llevamos a cabo diariamente: apagando luces innecesarias, sustituyendo luminarias por otras equivalentes de bajo consumo, apagando el ordenador cuando no lo vayamos a seguir utilizando, pese a que perdamos puestos en la cola de nuestro P2P favorito… Y dirá mucho, si es secundada de forma mundial y, aunque sólo sea por una hora, somos capaces de ver, allá donde ya sea de noche, algunas estrellas más.


Porque el consumo energético, la iluminación desmedida de nuestros hogares y ciudades, provoca muchísimos daños que podríamos llamar colaterales: contaminación lumínica, despilfarro energético, incremento de las infraestructuras, dependencia energética, insostenibilidad de nuestro territorio, desigualdad social…


Aprovechemos esa hora, mañana, 28 de marzo, de 20:30 a 21:30, para reflexionar un poco. Apaguemos luces, ordenadores, televisiones y radios. Que no nos tienten con programas especiales para el seguimiento del apagón, que rompen precisamente con la idea que se está intentando ofrecer. No basta con apagar una bombilla: apaguemos todo lo que no sea necesario en ese momento. Ya nos enteraremos a posteriori, una hora más tarde, de lo que ha ocurrido en el resto del mundo. No entres en esta web, ni en ninguna otra. Reflexiona y busca dentro de ti la respuesta a esta pregunta: ¿qué puedo hacer para salvar el planeta?


Para saber más:



miércoles, 4 de febrero de 2009

Computación verde




Entre las revistas electrónicas que suelo leer o que, al menos, me gusta examinar, se encuentra The Architecture Journal, de Microsoft. Es posible, como en otros casos, suscribirse a la edición impresa de la misma, o bien descargarla gratis de Internet. Aunque es editada en español (y en otros idiomas sólo aptos para mentes inquietas, como el chino), estas ediciones suelen ir retrasadas en varios números con respecto a la anglosajona.

El caso es que el último número de la revista, el 18, trata sobre computación verde, o lo que es lo mismo, saber qué podemos hacer los desarrolladores, ingenieros de sistemas y personal informático en general para contribuir con un pequeño granito de arena, desde nuestro trabajo, a impactar algo menos en nuestro ya maltratado medio ambiente.


Trata este número, entre otros temas, el de la traída y llevada virtualización para el ahorro de costes de inversión y energéticos, sobre técnicas de enfriamiento en granjas de servidores o acerca de la impotancia del diseño de nuestras aplicaciones para hacerlas más eficientes y, por tanto, más ecológicas. En resumen, un número más que recomendable para aquellos que deseen contribuir con su trabajo a la mejora de nuestro medio ambiente y, por lo demás, a todos aquellos que deseen ser mejores profesionales. ¿Se escapa alguien? Me parece que no ;) . Pues venga, ¡a descargar el The Architecture Journal nº 18!

martes, 13 de enero de 2009

El caso de la tetera caliente

Ayer aparecía una noticia que ha trascendido a todos los noticiarios debido a su capital importancia: realizar dos búsquedas en Google consume la misma energía que calentar una tetera, lo que equivale a una emisión similar de CO2 a la atmósfera (unos 15 gramos). Esta noticia parece ser la única información de interés que han extraído los medios del informe que, como resultado de dos años de estudios sobre consumo energético en sitios web, ha publicado el Doctor en Física Wissner-Gross.


Desde mi punto de vista, creo interesante que la población sea consciente de que todo, absolutamente todo, tiene una repercusión sobre nuestro medio ambiente. Esto es obvio, ya que formamos parte de un sistema que está en un delicado equilibrio, y cualquier alteración que causemos en el mismo tiene sus implicaciones. Así que si la forma de que nos llame la atención que usar algo tan “inofensivo” como es Internet tiene su coste es que se publiquen noticias como esta, bienvenidas sean.


En cualquier caso, creo que no hay que llegar a ser excesivamente simplistas. El ordenador que usamos para llevar a cabo las consultas también lleva asociado un consumo energético, que podemos estimar con herramientas como Local Cooling; “dejarlo bajando” para “amortizar” el coste de la conexión a Internet obviamente no es lo más recomendable para contribuir a minimizar nuestra huella ecológica. También es cierto que tanto Google como otras grandes empresas informáticas son conscientes de que lo verde vende, así que existen investigaciones en torno a medios para minimizar el consumo de sus servidores y, de paso, intentar ahorrar unas pesetillas. Ahora bien, medidas como instalar los datacenters en Islandia, porque el clima frío (que cada vez lo será menos, a pesar de que algunos digan que el cambio climático es una falacia), o al lado de un río para aprovechar la energía hidroeléctrica y tener una fuente de refrigeración cercana no son tan ecológicas como nos quieren hacer ver. Porque, por ejemplo, el calentamiento de los equipos sigue produciéndose, disipando además el calor sin que sea suficiente para reutilizarlo en la calefacción de los edificios, pero sí como para que altere su entorno, al producirse de forma constante. Por otro lado, los ríos ni son ni vertederos ni canales de riego (pese a quien pese, y se piense lo que se piense), sino ecosistemas en delicado equilibrio del que depende la vida en los mismos, en las zonas que riegan y en el mar o lago al que desembocan.


Los usuarios tampoco tenemos fácil la elección. ¿Equipos “ecológicos” de madera o bambú? ¿Desechar mi equipo antiguo por uno nuevo, cuando aún sigue funcionando y se utilizó tantísima agua y energía para fabricarlo, además de todo tipo de sustancias contaminantes, o tan escasas como el coltan?


Total, que todo esto de la noticia de la tetera, aparte de rellenar el hueco que vienen dejando en los informativos y la prensa escrita la huelga de pilotos de Iberia, las nevadas de Madrid (sí, soy consciente de que en toda la franja norte está nevando estos días, pero amigos míos, sólo se habla de la capital de España, qué le vamos a hacer ;) ) y la más que preocupante guerra (infinita) en la franja de Gaza, no creo que sea demasiado concluyente. Hay que consumir menos, sí, ahorrando energía antes que seguir produciendo más, dando a lo que compramos (dispositivos electrónicos, coches, muebles…) la vida más larga y útil que podamos. Y, sobre todo, hay que ser conscientes de cuanto hagamos tendrá sus implicaciones. Porque los gobiernos y las empresas, por supuestísimo, tienen su responsabilidad, pero ésta no nos exime de la nuestra. En relación con todo esto, os recomendaría un par de libros del gran pensador Saramago: su Ensayo sobre la lucidez y La Caverna.


Finalizando ya, según el estudio de Wissner-Gross los servidores que emiten vídeo generan 0.02 gramos de CO2 por segundo (aunque imagino que adicionalmente vendrá asociada una emisión paralela en múltiples servidores debido al streaming de vídeo). Así que os invito a una tacita de té, la cuarta parte de la tetera, si queréis oír esta canción sobre genocidio (llevado a cabo por el pueblo) judío, que desgraciadamente sigue tan vigente a día de hoy.



viernes, 14 de noviembre de 2008

Google, Microsoft... y fin de semana

Llega a su fin (laboralmente) una semana repleta de lecturas y noticias suculentas. Como (casi) cada viernes, aquí estoy dispuesto a comentaros algunas de las que he ido encontrando por la red y me han llamado la atención. Son todas las que están (con alguna de última hora que, impulsivamente, habré colocado por aquí), aunque obviamente no están todas las que son. ¿Y a vosotros, qué os ha llamado la atención esta semana?


Comienzo, cómo no, con los disgustos que lleva Google en los últimos días. No sólo le ha salido rana el lanzamiento de Android, como nos cuenta Lonifasiko en su artículo sobre el bug del reinicio del G1, sino que encima se cuelan por primera vez en sus en sus servidores y acceden a archivos de generación de tablas de sus bases de datos. Si no fuera porque todos sabemos que como en Google no se vive en ningún sitio, y si no lo sabemos, ya se encarga Ender de recordárnoslo en el blog de Yo soy Keyser Soze. Atención al vídeo, a ver si alguno es capaz de ver a alguien trabajando en sus instalaciones. Y digo yo: ¿dónde estarán los que programan? ¿En la sala de castigo? ;) .


Otra de las novedades que se nos vienen encima llega esta vez de las manos del otro “amigüito” de los niños: Microsoft. Estos días hemos podido ver un avance de lo que nos traerá el próximo .NET Framework, el 4.0, que aparece cargadito de novedades en lo tocante a Workflow Foundation (como era de esperar, ya que en el 3 venía un poco flojo aún), y bastantes sorpresas para aplicaciones web, en particular respecto a la generación de informes y gráficos (¿vinculado tal vez a la tecnología de Silverlight?). Podéis leer un poco al respecto y descargar este cartel estelar para ponerlo en el techo de vuestra habitación :) . Ya iremos viendo por aquí qué nos ofrece, aparte del dynamic vs var (o el cómo IronPython mutó en C# 4.0) y que Visual Basic seguirá vivo casi 20 años después de su primera aparición.


Cambiando de tercio, Jeff Atwood nos habla en Coding Horror sobre las “stop words” o palabras de relleno que no suelen ser relevantes en las búsquedas de información en los buscadores o, más concretamente, en consultas de “data-mining” en nuestras bases de datos Oracle o SQL Server. También profundiza en el cambio de actitud de Google frente a las búsquedas que incluyesen estas stop words, ya que podía obviar resultados en búsquedas tan simples como “ser o no ser”, simplemente por ser consideradas “palabras de relleno” en la búsqueda, cuando para cualquiera de nosotros tendrían todo el significado del mundo.


Seguimos dando vueltas en torno a la privacidad y las redes sociales. Son varios los artículos que he leído estos días al respecto, no demasiado tranquilizadores en general. Os dejo simplemente los enlaces, y la invitación a reflexionar sobre si éstas, junto a la cloud computing que está llegando, nos harán la vida más fácil, o se la harán a aquellos que ganan (dinero, poder…) controlando las nuestras. Sin duda, el futuro que está llegando es incierto y preocupante. Oportunidades, las habrá, pero como apuntaba GigA, la seguridad deberá ser un factor primordial en todo lo que está por venir, máxime cuando aspectos como la seguridad física quedarán un poco apartados en este nuevo escenario de juego al que deberemos enfrentarnos.



Por último, una buena noticia. En Doñana, gracias a la tecnología inalámbrica es posible profundizar en el conocimiento de las especies que conviven en uno de os entornos más emblemáticos del conservacionismo en nuestro país. Así, pueden llevarse a cabo seguimiento de especies sin interferir en su entorno, controlando además la presencia de furtivos que puedan dañar a aquellas.


Ah, eso sí, cuidado con lo inalámbrico. Entre la noticia de la vulnerabilidad de WPA de la que se han hecho eco numerosos blogs (Informático y Segurata, GigA, RaDaJo, Sergio Hernando, Rynho Zeros Web, Will hack for sushi…) y la guía-paso-a-paso para la construcción de un sniffer Bluetooth que nos traen desde Seguridad Mobile, hay que andarse con mucho ojo respecto a nuestras comunicaciones.


¡Buen finde!

miércoles, 5 de noviembre de 2008

Coltan


Últimamente recibo numerosas llamadas de compañías telefónicas para tantearme y saber si quiero pasar a engrosar su lista de clientes. Además de precios irrisorios con respecto a la compañía con la que estoy actualmente, me ofrecen suculentas ofertas de móviles hipermegamodernos y superguays que casi dejan en mantillas a un ordenador de hace cinco o seis años respecto a lo que pueden llegar a hacer. Estas llamadas, que a buen seguro recibís también vosotros habitualmente, a la par que molestas me hacen hervir la sangre porque me recuerdan en qué mundo vivimos. Nada que no sepamos ya, por supuesto, ni que pase desapercibido si nos da por pasear por el ágora actual -el mito de Platón que tan sabiamente recreó José Saramago en su novela La Caverna- que son los centros comerciales. Todo se nos vuelve tener, tener, tener: móvil con GPS, portátil novísimo, Netbook de ínfimo tamaño, desechando el móvil que ya poseemos, y que permite llamar y recibir llamadas, el ordenador de sobremesa que compramos hace apenas dos años y que funciona a la perfección con software privativo, y de lujo con ese otro sistema operativo del pingüino. Se nos incita a comprar, a consumir, a despilfarrar tiempo, dinero y recursos con el encomiable afán de olvidar nuestras miserias, sin ser conscientes acaso de que en nuestra vorágine arrastramos con nosotros al resto de mundos, inclusive el tercero. El que más.


Y os preguntaréis, con toda la razón, ¿qué mosca le ha picado a éste? Pues que aunque a estas alturas uno está curado de espanto (o eso desearía creer), de vez en cuando leo un texto, veo una imagen, escucho una conversación, que me recuerdan que hay cosas que, si ya están mal de por sí, son peores cuando se prolongan en el tiempo, no terminan, tornan en realidad la peor de las pesadillas, que es nuestra propia naturaleza humana. Tan excelsa a veces como detestable en demasiadas ocasiones. Leía este fin de semana, y desde entonces he querido sentarme con tranquilidad a escribir sobre ello, una noticia sobre el uso del coltan en la fabricación de dispositivos de última tecnología (móviles, portátiles, satélites…) y cómo una avaricia que convertiría a Ebenezer Scrooge en un filántropo sigue llevando la guerra a países tan necesitados como la República Democrática del Congo. El coltan está compuesto por columbita y tantalita y es de un color azul metálico apagado. De él se extrae el tantalio, muy resistente al calor y con peculiares propiedades eléctricas que lo hacen muy preciado en la industria tecnológica. No abundaré mucho más en algo que la Wikipedia podrá explicar mejor a quien interese, pero en resumen el coltan está presente en la fabricación de todos estos pequeños dispositivos electrónicos y gadgets que portamos a diario, en los satélites que usa nuestro móvil GPS, que también es así de pequeño por gracia de tan singular mineral. Su escasez y amplia demanda determinan un precio que no es precisamente pequeño. Y todo ello nos lleva a la guerra, a la explotación infantil y a que se lleven a cabo todo tipo de atrocidades que podréis leer en los enlaces que adjunto al final de la entrada, algunos de los cuales incluyen vídeos.



Fotografía: Dizolele.com


Pero lo que me retuerce las entrañas no es únicamente esto (que también), sino la ilusa sensación que tenemos en este bendito primer (o segundo, no se yo…) mundo en que vivimos, de que lo merecemos todo por gracia divina. Somos el hijo mimado que todo lo merece, y que puede disfrutar del juguete que arrebata de las manos al hermano pequeño. Aunque se quede llorando y pataleando nada va a ocurrir: estamos solos en casa y nadie va a oírle. Nadie quiere oírle, porque no interesa. ¿O estamos dispuestos a no renovar nuestro móvil cada 6 meses o un año, a utilizar nuestro portátil durante 7, 8 ó 9 años al menos, a utilizar software que no lo convierta en inútil porque no sea capaz de ejecutarlo? ¿Seremos capaces ya no de optar por el decrecimiento, sino básicamente de no consumir inútilmente? ¿Sufrimos de gula tecnológica?


Os dejo con los enlaces, cuya lectura os recomiendo encarecidamente:



Y, aunque no tenga una relación del todo directa con la tecnología, sí se trata de unos hechos similares en cuanto al abuso del primer mundo con la cuna de la humanidad: Os recomiendo ver la película documental La pesadilla de Darwin, que trata sobre la perca del Nilo y los efectos que ha tenido sobre la población que vive en torno al lago Victoria (que no es poca, hablamos tres países: Uganda, Tanzania y Kenia).

martes, 21 de octubre de 2008

Software Libre y sostenibilidad


Ayer lunes daba comienzo la edición 2008 de la Conferencia Internacional de Software Libre (Open Source World Conference) de Málaga bajo el lema Un camino sostenible. Aunque por motivos laborales me era imposible asistir a los eventos de mañana, tenía intención de hacerlo, al menos, a las mesas redondas que había planteadas para la tarde de ayer lunes, y hoy, martes. Sin embargo, una ligera indisposición me impidió hacerlo ayer, aunque no fue óbice para que pudiera asistir virtualmente al debate, ya que gran parte de los actos que se están llevando a cabo se retransmiten en directo a través de la web, además de quedar reflejados en el blog de la Conferencia. Así, sentado cómodamente frente al ordenador junto al que paso tantas horas, asistí a la mesa sobre Software Libre y Sostenibilidad.


En el debate se plantearon muchos y muy interesantes argumentos sobre los beneficios que el Software Libre conlleva para el entorno, y se cuestionó de forma más que acertada la (llamémosle) necesidad que tenemos a fecha de hoy de equipos cada vez más potentes. Los ordenadores actuales, hasta la fecha, han venido duplicando su velocidad de proceso cada año y medio, siguiendo de forma bastante fidedigna la denominada Ley de Moore, pero este crecimiento, sin embargo, no se ajusta a las necesidades reales de la población. Como informático que ha de sufrir cada cierto tiempo la solicitud de asesoramiento ante la compra de un ordenador por parte de amigos o familiares, termino por recomendar lo penúltimo que ofrece el mercado, siendo aun así consciente de que el ordenador se le quedará obsoleto a su usuario en unos meses, y que ni en años conseguirá sacarle un 40% de rendimiento real al mismo. Otro tanto ocurre con recursos como Internet. Juan Tomás García, uno de los asistentes a la mesa, comentaba que Telefónica ofrecía ahora entre sus servicios la banda ancha de 100 Megas. ¿Quién de vosotros no tiene conocidos que afirman descargar continuamente películas o música con la mula (sobre todo ahora, que es posible adquirir discos duros patrocinados por la SGAE) simplemente para “amortizar” el coste que supone Internet? Así, Juan nos situaba ante el hipotético caso de un amigo que se dedique a descargar películas a esa velocidad, y termine por llenar los discos duros de casa con un par de Terabytes de buen porno. Estimaba que, de querer hacerlo, podría tardar un par de meses en catalogar las películas por director, actores, etc. Y no digamos en verlas. Aunque claro, perteneciendo a dicho género, bromeaba, sería posible pasarlas a alta velocidad sin perder mucho del argumento… Lo que resulta claro es que vamos camino de padecer el Síndrome de Diógenes Digital, acumulando equipos informáticos obsoletos, gran cantidad de gadgets y periféricos y, cómo no, ingentes cantidades de información que posiblemente no seamos capaces de encontrar a poco que no seamos organizados. Cuántos no habrán bajado nuevamente un software, o un disco, al no encontrarlo entre los cientos de CD’s y DVD’s, o en la intrincada estructura de carpetas de los discos duros externos. ¿Necesitaremos un buscador local de Google, o los servicios de gestión documental de Microsoft? ¿Realmente necesitamos toda esa información? ¿Sería posible generar una industria de equipos no tan potentes pero mucho más eficientes energéticamente y con menor cantidad de residuos? Estos son los retos a los que nos enfrentamos.


Por otro lado, Javier Romañach Cabrero, de la Fundación SIDAR, planteaba cómo han tomado del software libre su filosofía para llegar a crear un proyecto colaborativo entre discapacitados. Crean comunidades, y comunidades de comunidades, en las que el trabajo común lleva a obtener un beneficio mutuo. Así, si necesito un currículum pero no puedo escribir, otros miembros de la comunidad pueden ayudarme para tenerlo listo, e igualmente yo podré hacerlo en otros aspectos para con ellos. Esta interesantísima iniciativa se sustenta, en parte, sobre software libre, pero Javier planteaba la necesidad que tienen estos colectivos de discapacitados de resolver sus problemas hoy, y no mañana. Si el software privativo les permite llevar a cabo tareas que no les son posibles con el software libre, sintiéndolo mucho tendrán que seguir atados al mismo en tanto las soluciones aportadas por la comunidad no sean igual de buenas para alcanzar el mismo fin. E insistió en esta misma circunstancia: para ellos el software, la informática, puede suponer la diferencia entre alcanzar el fin o no, más que ser un medio para esto mismo. Aunque Simon Phipps, de Sun Microsystems, apuntaba que Microsoft ha necesitado veinte años para alcanzar y mantener el estado de poder que ostenta hoy día, y que GNU/Linux en apenas diez ha alcanzado un nivel de prestigio y reconocimiento bastante merecido, lo cierto es que todos queremos soluciones para mañana y no para dentro de cinco años, y esto no es posible. Y lo cierto es que salvando problemas mayores como los apuntados por Javier, y en los que la comunidad deberá seguir trabajando, el software libre puede aportar más soluciones que problemas a los colectivos necesitados. Fernando da Rosa, procedente de Uruguay, nos comentaba el impulso importantísimo que ha supuesto el software libre entre niños de zonas desfavorecidas del país. En colegios en los que el absentismo era terrible, y los problemas de drogas y violencia estaban a la orden del día se impulsó un plan de formación usando equipos antiguos procedentes de otros países. A los niños se les enseñó a montar los equipos y repararlos, a instalar GNU/Linux y configurar redes. Y el absentismo decreció hasta el 0%. No sólo eso, sino que los niños, que eran problemáticos para sus comunidades, se convirtieron en motores de cambio y en referentes para sus vecinos.


También se planteó cómo la Web 2.0 está teniendo un impulso imparable a nivel mundial, pero ciertamente herramientas poderosísimas para la interacción social y la autogestión se están convirtiendo en el juguete de un ocioso primer mundo. Esto es algo que me ha llamado la atención desde que, de unos años a esta parte, están surgiendo más y más herramientas colaborativas basadas en Internet. Muchas de ellas se convierten en eso, en “juguetes” con los que socializarnos, donde conocer a gente o jugar al “yo te escribo y tu me escribes”. Wikis-frikis y Facebooks varios en los que invertimos nuestro tiempo de ocio. Y que conste que yo soy el primero que se divierte con la explosión de la Web 2.0, pero es cierto que si acercamos a los más necesitados estas herramientas, podrían darles un uso más que interesante. Junto a la nube que está por llegar, podemos encontrarnos ante un interesante panorama o una borrasca de cuidado. Porque si bien es cierto que el cloud computing y el uso de thin clients podría dar un empuje a la informática en este tipo de países. Sería posible utilizar equipos obsoletos del primer mundo, pero perfectamente válidos para trabajar con ellos sobre sistemas operativos más ligeros y adaptables (y aquí GNU/Linux tiene las de ganar, de momento), con aplicaciones ligeras o basadas en web. Veríamos así al navegador, por fin, convertido en el cliente universal. Pero todo esto también tiene un peligro. Si ya Microsoft comentaba hace años la posibilidad futura de usar su Office “bajo demanda” pagando sólo las utilidades que fuésemos utilizando (por ejemplo, pagar una pequeña cantidad cuando usásemos el corrector ortográfico, o algo más por un Word completo) y las utilidades de Google en la red se multiplican, lo cierto es que en este tipo de acciones he visto siempre un doble sentido: se acabaría así finalmente con la piratería (o se complicaría bastante el poder usar software legal de forma ilícita) pero a la vez estaríamos mucho más atados a los designios de las empresas, que decidirían qué esta disponible y cuándo. Stallman, algo más agorero con todo esto, ya ha lanzado su advertencia sobre este “Caballo de Troya 2.0”, y no creo que ande del todo desencaminado…


Por cierto, antes de terminar, quería dar un par de "tironcillos" de oreja a la organización. El primero de ellos, al ver que en la mesa los conferenciantes tenían a su lado botellines de agua. El PET usado en esos botellines es contaminante (sí, aunque menos que otros plásticos) y requiere para su fabricación ingentes cantidades de agua y energía. Y aunque es reciclable, recordemos que el reciclaje tampoco es la panacea de la sostenibilidad. Hay que aplicarse las Tres R: Reducir, Reutilizar y, por último, Reciclar ;) . Unas jarras de cristal para que prueben la que según el Ayuntamiento de Málaga es un agua de excelente calidad serían bienvenidas en otra ocasión. El segundo tirón de orejas es por la emisión de video a través de la web. El servicio de streaming usado no permitía la visualización a pantalla completa de la conferencia si usábamos Firefox (2 ó 3), pero sí Internet Explorer... Mmmm.... ¬_¬ .


Resumiendo, que se trataron de forma amena las implicaciones que tiene la informática en general, y el software en particular, sobre nuestro entorno y el medio ambiente. El software libre puede ser motor de cambio a este respecto, permitiendo alcanzar un sistema más justo económica y socialmente pero, como tantas otras cosas, depende de nosotros. Así que nada, ¿te subes al carro?

viernes, 3 de octubre de 2008

Lecturas de fin de semana

¡Por fin viernes! Con el fin de semana por delante, cuerpo y mente se alían para reclamarnos un descanso más que necesario y la desconexión de la rutina, pero también resulta ser un buen día para repasar lo que ha ocurrido durante la semana que dejamos atrás, y repasar aquello que nos ha llamado la atención en nuestras lecturas blogueras, cada vez más extensas y frecuentes. Así, por mi parte, os dejo algunas recomendaciones que podrían seros de interés (o no), pero que a mí me llamaron la atención estos días. Hay de todo, como en botica, por lo que es posible que encontréis algo que os guste.


Por un lado, Rodrigo Corral da comienzo en su blog La masa, el ladrillo, la bota, el bocadillo… a una serie de artículos sobre la metodología Scrum. En el primero de ellos trata sobre el avance del proyecto y cómo lo evaluamos para ajustarnos a las estimaciones iniciales.


También me resultó interesante el anuncio en Informático y Segurata sobre el lanzamiento de nuevas certificaciones en seguridad relacionadas con el desarrollo de aplicaciones. El software es uno de los eslabones más débiles en los ataques a sistemas, debido en parte a la complejidad implícita que conlleva su desarrollo. Así pues, ¿no resultaría necesario formar más y mejor a nuestros desarrolladores en este campo?


Una de las vulnerabilidades que está de moda esta semana es el Clickjacking, o el “secuestro de clics de nuestros navegadores” por el cual podríamos creer que estamos accediendo a un determinado sitio web, y realmente ser redirigidos a otro plagado de contenido malicioso. En Security Art Work se nos presenta una breve introducción al problema, así como enlaces a páginas que presentan pruebas de concepto sobre este inquietante asunto.


Javier Cao, en Sistemas de Gestión Seguridad de la Información, realiza un estudio sobre la importancia que tiene el análisis del riesgo dentro del SGSI, ya que en el mismo se construirá el modelo de seguridad de la empresa, con sus activos y amenazas correspondientes.


Continuando con la seguridad, y centrándonos en la privacidad de los usuarios, Port 666 presentaba el estado de la privacidad en España en 2007, con un extracto de los apartados más interesantes de la comparecencia del director de la Agencia de Protección de Datos.


Y como no sólo de informática vive el geek, os dejo algunos otros enlaces off-topic.


La SGAE y enmiendas torpedo han constituido también temas de debate en los varios blogs y sitos de noticias, y en Tökland reflexionan en torno a los derechos de autor y el mercado editorial. La entrada está muy relacionada con el mundo tecnológico, ya que Internet está constituyendo el motor del cambio para los modelos de negocio actuales, basados en la explotación de esos derechos.


El debate sobre lo que ocurrió al avión de Spanair con destino a Canarias sigue en boca de todo el mundo, y se buscan las causas del accidente, algo que sólo podrá determinarse tras pronunciarse los técnicos tras las investigaciones que se están llevando a cabo. En cualquier caso, nunca está de más recordar la labor tan encomiable que llevan a cabo los cetreros y sus halcones en los aeropuertos, alejando bandadas de aves que podrían causar innumerables accidentes de aviación. Forestman nos habla de ello en su blog, donde honra, cómo no, la memoria de los hombres que revivieron esta práctica medieval, ya perdida en España: el Dr. Félix Rodríguez de la Fuente y su colaborador, Aurelio Pérez.


Y hablando de aves, ya estamos en otoño, y en un entorno tan cercano a la desembocadura del río Guadalhorce como es el Parque Tecnológico de Andalucía, el paso de aves migratorias se ha venido incrementando en el último mes. Aunque los chotacabras ya nos abandonaron, su ausencia se ve compensada por las bandadas de ruidosas grajillas, alguna que otra garza real de vuelo pausado. En La Crónica Verde nos recuerdan algunas otras especies que podremos ver surcar nuestros cielos durante las estaciones más frías.


En Curioso Pero Inútil nos traen una reseña de la tercera aventura de Dexter, el implacable asesino en serie que trabaja para la policía. Personalmente, Dexter (el personaje) me ha encantado, y aunque la serie es realmente buena, me ha resultado demasiado predecible por momentos (que conste que actualmente estoy inmerso en la segunda temporada). Sin embargo, los libros en los que está basada posiblemente nos deparen más sorpresas. Es algo que me dispongo a averiguar precisamente este fin de semana, gracias al regalo de mi siempre atenta Lycis, El oscuro pasajero (Darkly Dreaming Dexter), de Jeff Lindsay.


Para terminar, y ya que estamos inmersos en estas tareas forenses, los que podrían considerarse en cierto modo como sus equivalentes dentro de la arqueología, nos avanzan información sobre los siempre apasionantes descubrimientos que se están llevando a cabo en Atapuerca. En Mundo Neandertal nos tienen al tanto de los mismos, y de otros muchos temas arqueológicos de interés.


¿Y vosotros, qué artículo/s (propios o ajenos) de esta semana nos recomendaríais leer? ¡Buen fin de semana!

lunes, 29 de septiembre de 2008

Gestión digital de derechos y medio ambiente

Cuando apareció Windows Vista, se criticó acertadamente a Microsoft por haber lanzando un producto extremadamente voraz con los recursos sobre los que se ejecutaba. Las mejoras visuales que incorpora (el modo Aero) no servían de justificación ya que GNU/Linux, con su Compiz Fusion, presentaba características similares ejecutándose de un modo fluido y elegante en un equipo, a priori, mucho más limitado técnicamente. Otra de las características de Vista que parecían ralentizarlo era la gestión de DRM que llevaba a cabo. No, no se trata de que Vista sea un Devorador de Recursos Magnífico (que también), sino que incorpora una Gestión de Derechos Digitales (Digital Rights Management en Gibraltar) que más la quisieran para sí los amigos de la SGAE. Esto, junto a un control radical del acceso de las aplicaciones a los recursos que ha dado más de un quebradero de cabeza a los desarrolladores, parece haber sido el causante del consumo de buena parte del tiempo de proceso que utiliza Vista cuando estamos ante el ordenador. Con esto no pretendo criticar al sistema operativo que, al fin y al cabo, es el que debe gestionar los recursos y ponerlos a disposición del usuario a través de las aplicaciones, pero sí es cierto que Vista no ha resultado todo lo óptimo que habríamos podido desear. En cualquier caso, lo cierto es que simplemente buscaba utilizar a Windows Vista como ejemplo ilustrador del verdadero tema que me gustaría abordar hoy: los DRM (y el medio ambiente).


Los DRM tienen una aplicación directa: gestionar y controlar la forma en que se difunde contenido protegido, o lo que es lo mismo, impedir la copia fraudulenta de material licenciado. Claro, que esto choca frontalmente con el derecho recogido por la ley (al menos en España) del derecho del usuario a la copia privada, y es por esto que diversos colectivos, como la FSF (Free Software Foundation), proponen denominarlos Digital Restriction Management, o Gestión de Restricciones Digitales. Si estáis interesados en este tema, en la Wikipedia existe un artículo muy completo e interesante sobre el tema.


Pero la limitación de los derechos de los usuarios frente a los de la industria no es el único problema ético que presentan los DRM. A éste han de sumársele los problemas medioambientales que provocan, ya que su uso provoca un incremento sustancial de energía en los dispositivos que los implementan que puede llegar hasta un 25% más respecto a la reproducción del mismo contenido sin incorporar esta protección digital (me refiero en particular a la reproducción de música y video). En el caso de Windows DRM el incremento en el consumo oscila entre un 20% y un 25%, y en el caso de Macintosh DRM queda en “sólo” un 8% de consumo respecto a medios digitales no protegidos, por lo que la duración de la batería podría reducirse entre 2 y 4 horas, aproximadamente, por cada recarga. Esto redunda, por un lado, en un claro incremento del consumo energético de los dispositivos implicados, y por otro, en una reducción de la vida útil de las baterías, que necesitan ser recargadas más a menudo y sufren un deterioro acelerado (por no hablar de dispositivos que utilicen pilas convencionales, que deban ser desechadas o reemplazadas por otras recargables, que presentarían el mismo problema mencionado para las baterías).



Una mala noticia que sumar a este hecho, es el cierre de servidores de licencias que ha anunciado Wal-Mart para el próximo 9 de octubre, por lo que recomienda a sus usuarios (y, de paso, a los de las compañías que hacen uso de estos servicios) que realicen copias de seguridad de su música en CDs de audio. Una limitación más que sumar a las impuestas por el uso de este tipo de mecanismos de restricción protección de derechos.

viernes, 29 de agosto de 2008

Un ordenador de bambú


Hace unos días conversaba con un amigo sobre un tema relacionado con el que traigo hoy al blog. Hablábamos sobre los costes energéticos y, por extensión, medioambientales, que conllevaba la creación de cualquier producto tecnológico. Por un lado, nos encontramos con que la mayoría de estos productos son renovados continuamente, por lo que la elección de los materiales y procesos de fabricación puede ser crucial a la hora de minimizar el impacto que acarreará para el medio ambiente su obtención. En el caso de un ordenador podemos estar hablando de 1.500 litros de agua, 240 kg de combustibles fósiles y 22 kg de productos químicos. Por esto, aunque no podemos –ni debemos- dejar de lado la importancia del proceso de reciclado de materiales, la elección de aquellos materiales menos contaminantes y fácilmente reciclables se convierte en un asunto crucial, así como que intervengan en su fabricación la menor cantidad de productos químicos posible. Greenpeace, por ejemplo, publica anualmente una guía de electrónica verde por la que podemos guiarnos a la hora de saber qué compañías usan más o menos componentes químicos contaminantes en la fabricación de sus productos. Este año, Nintendo, Philips y Microsoft comparten el dudoso mérito de ser los primeros de la lista… empezando por la cola. Obviamente, este tipo de información es útil para los consumidores, siempre y cuando se evalúen otros factores, como la vida útil del aparato –ya que un producto poco contaminante pero que requiera su renovación cada 2 ó 3 años podría perder puntos frente a otro que durase, pongamos, 10 años-, o el consumo energético del mismo, ya que en la producción de energía, las renovables, desgraciadamente, ocupan un puesto poco destacado de momento. Para la medida del consumo de nuestros equipos podemos echar mano de calculadoras como la que proporciona myGreenElectronics, o de aplicaciones como Local Cooling, que nos ayudan a controlar el consumo eléctrico.


Volviendo al tema de la fabricación y reciclado de los componentes de nuestros ordenadores, quería hablar de la iniciativa de Asus (Eco Book), a la que parecen sumarse Dell (Eco Bamboo) y Fujitsu (WoodShell), de fabricar ordenadores revestidos de bambú, en lugar de aluminio o plástico. En el caso de Asus se llega más allá, ya que los plásticos que incorpora el equipo (por ejemplo, en las teclas) provienen de plástico reciclado. La idea me parece ingeniosa, especialmente en el caso de Asus y Dell, en el que el material a usar para las carcasas será el bambú, que es a un tiempo resistente y liviano, y cuyo crecimiento es bastante rápido. Fujitsu, por su lado, pretende lanzar un portátil de madera de cedro, que estimo será algo más pesado que el de sus competidores. Aunque el cedro es un árbol de crecimiento rápido, según leo su aprovechamiento maderero puede darse a partir de los 8 años de edad, por lo que requerirá un mayor periodo de cultivo, y más aportes hídricos, aunque su explotación podría compatibilizarse, por ejemplo, con la apicultura, al tratarse de una especie melífera.



Ante esto, podríamos plantearnos que se trata de una genial idea, que minimizaría la producción de componentes contaminantes, aprovecharía parte de otros equipos gracias al reciclado de plásticos, y requeriría menos productos químicos en su elaboración, ¿verdad? Bueno, lo cierto es que no exactamente. Cuando he visto el Asus EcoBook Bamboo en la página de Informática Verde, me ha parecido inicialmente interesante, pero me ha dado por pensar qué ocurrirá con las siguientes cuestiones:




  • Las explotaciones madereras de bambú o cedro rosado están tomando especial relevancia en las selvas de Sudamérica. Para poder crear una plantación competitiva, es necesario limpiar y desbrozar grandes extensiones de selva. Lo de limpiar es un claro eufemismo para talar…




  • Estas especies proceden de países asiáticos (China, la India…), y son plantados sin más en otros países donde son especies exóticas. No abundaré en ello, pero uno de los grandes problemas a nivel mundial de la globalización de las comunicaciones, y la intervención humana en las poblaciones autóctonas es la introducción de este tipo de especies, que de un uso ornamental o simple explotación agrícola pasan a constituirse en plagas en toda regla.




  • Los monocultivos requieren un uso intensivo de pesticidas y fungicidas para evitar las plagas en las cosechas. El cedro, además, es muy dado a sufrirlas, y aunque no me consta algo así del bambú, es bastante que ocurra algo parecido simplemente por la masificación en los cultivos. Así, aunque en el proceso último de construcción de los ordenadores se usase la menor cantidad de productos químicos, de nada serviría si éstos se vertieron ya en origen.





¿Quiero decir con todo esto que sería mejor quedarnos como estamos? Evidentemente, la respuesta es un no rotundo. Es necesario que se produzcan iniciativas como éstas, que lleven a la industria tecnológica un paso más allá, y empecemos a pensar no sólo en gigahercios y terabytes, sino también en las implicaciones que tienen sobre la industria y nuestro entorno las decisiones que tomemos. Pero no lo es menos que debemos investigar y reflexionar (en esto, como en todo en la vida), antes de tomar una determinación. Las empresas, obviamente, van a vendernos lo que queremos o está de moda en un determinado momento –caso actual de la ecología-, pero posiblemente se quedarán contándonos todo acerca de “la parte contratante de la primera parte”, por no llegar a lo que hay más abajo. Por ejemplo, y aunque Asus ha sido quien ha innovado con este tipo de materiales de fabricación, no podemos olvidar que no hace tanto lanzaba sus portátiles S6 y F8P revestidos de piel, o el monitor LS221H, con acabados en el mismo material. No entraré aquí –por no tratarse del lugar más adecuado- en los costes ambientales de la cría de animales, ya sea para la alimentación y/o estos usos, pero avanzo que son muy, muy elevados.


Dicho todo esto, me mojaré un poco. ¿Compraría un ordenador así? Posiblemente sí; en función de lo transparente que fuese el proceso de fabricación de estos equipos, personalmente me plantearía adquirir uno, en similitud de condiciones, pongamos, que un altamente contaminante Apple MacBook Air. Pero no sólo los materiales usados serían determinantes a este respecto, sino que influirían, como apuntaba más arriba, condicionantes como el consumo energético medio del producto, o la vida útil estimada para el mismo.

martes, 22 de julio de 2008

A los dueños de la energía

Hace un par de meses, indignado, escribí para otro blog el artículo que presento a continuación. Sin embargo, hoy he encontrado otra posible respuesta, que me ha encantado. La dejo al final de la entrada.




El mundo en sus manos


“Inventamos la rueda, descubrimos el fuego, llegamos a la luna, hicimos el pan y la sal. Inventamos los coches, las motos, los ceros y los unos, los abrazos y el abecedario.
Inventamos los barcos, el calor en invierno, la imprenta, la ciencia… y la ficción. Inventamos internet, la radio, el teléfono, las vacunas y la Novena. Hicimos imperios y revoluciones.
Inventamos Manhattan, Macondo. Inventamos el fútbol y a Madame Butterfly. Pintamos a la maja vestida y desnuda. Hicimos catedrales, pirámides, aviones.
Inventamos el rock, la penicilina, los telegramas, Dulcinea, el póker y el mus, los jardines de Babilonia y hasta Peter Pan.
Si hemos sido capaces de todo eso. ¿Cómo no vamos a ser capaces de proteger lo que más nos importa?
Repsol. Inventemos el futuro”


http://www.youtube.com/v/BwpWWRQyjts;rel=0

Que el nuevo anuncio de Repsol-YPF es una delicia para los sentidos, nadie puede negarlo. Si al texto anterior le unimos unas bellas imágenes, y la música de la Prelude Suite nº 1 de J.S. Bach, tenemos lágrimas aseguradas. La primera vez que lo vi, me conmovió, tan hermoso es. Se recrea en los logros de la humanidad, en el lado “bueno del hombre”, haciendo hincapié en cómo hemos ido avanzando contra viento y marea hasta estar donde estamos. Tan bien enfocado está el anuncio que conforme avanzaba, me dio por pensar aquello que tantas veces me he planteado: que si tan lejos hemos llegado, resulta irónico que seamos quienes estamos planteando nuestra propia destrucción, alterando tan gravemente las condiciones de vida sobre la Tierra. Et voilà, los publicistas plantean esto mismo: “¿Cómo no vamos a ser capaces de proteger lo que más nos importa?” Y aparece la Tierra sobre la palma de la mano. La emoción llega a su culmen en este momento. Se cierra la mano, y vuelve a abrirse. Sobre su palma, el logo de Repsol.


Según el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, eso tiene un nombre:



  • hipócrita.
    (Del lat. cristiano hypocrĭta, y este del gr. ὑποκριτής).
    1. adj. Que actúa con hipocresía. U. t. c. s.

  • hipocresía.
    (Del gr. ὑποκρισία).
    1. f. Fingimiento de cualidades o sentimientos contrarios a los que verdaderamente se tienen o experimentan.


Ante esto, propondría una nueva letra para el anuncio:


Ahora que vamos despacio,
ahora que vamos despacio,
vamos a contar mentiras, tralará,
vamos a contar mentiras, tralará,
vamos a contar mentiras.
Por el mar corren las liebres,
por el mar corren las liebres,
por el monte las sardinas, tralará,
por el monte las sardinas, tralará,
por el monte las sardinas.
[…]


El Medio de Ambiente está de moda, y las compañías lo saben. Usando un lenguaje cercano al político (di lo que quieren oír, y haz lo que te plazca), han sabido subirse al carro de la ecología, el desarrollo sostenible y el comercio justo, enturbiando el sentido de las palabras tanto o más que el de los ríos que contaminan con sus actuaciones. El día en que dejen de publicarse noticias de la destrucción de ríos para construir presas, del exilio de comunidades indígenas para inundar valles, de vertidos de petróleo en los mares… podremos creer, un poco al menos, que lo que afirma su anuncio es posible. El día en que se demuestren las intenciones con actos, y no con palabras hermosas, pero vacías, será posible el cambio.


Entretanto, podremos seguir regodeándonos en lo buenos que somos. El final, simplemente, estará más cerca.


http://www.youtube.com/v/QQPSlp4pQ_k&hl=es&fs=1;rel=0


Y hasta ahí llegó la entrada. Si tenemos en cuenta que en estos días, para los que trabajamos en el Parque Tecnológico de Andalucía (PTA) de Málaga, son días de ver cómo llegan en lenta procesión (cual cortejo fúnebre) las piezas de la Central Térmica que van a instalar en las cercanías del complejo (y justo al lado de un par de núcleos de población, como son Santa Rosalía-Maqueda y Campanillas), pero poco o nada se hace ya a estas alturas para oponerse a la misma, mal vamos. Si no nos preocupamos de usar el transporte público para acudir a trabajar, o a las tareas cotidianas y diarias... peor rumbo estamos omando. Si no nos concienciamos de la necesidad de reducir el consumo energético de nuestros equipos, poco habremos aprendido. Es necesario ser motores de cambio, no dejarnos arrastrar por el modelo insostenible de ¿progreso? en el que estamos sumidos. Por eso, me alegra como apuntaba al principio, ver que en ocasiones se dan respuestas como la que sigue:


http://www.youtube.com/v/S_pp8tvfndM&hl=es&fs=1;rel=0

lunes, 7 de julio de 2008

Piensa en verde. Ahorro energético en la empresa (VII)

En los últimos años se está produciendo una revolución en la tecnología vinculada al movimiento verde y ecologista. La aparición de dispositivos más eficientes energéticamente, con consumos más bajos, mayor potencia y menor producción de calor, así como materiales menos contaminantes en su elaboración y desecho es una apuesta clara de las empresas tecnológicas en pro de la defensa del medio ambiente. Sin embargo no es suficiente. Los ordenadores dilapidan sin obtener fruto la mitad de la energía que consumen, entre sus componentes hay materiales contaminantes, tóxicos y difícilmente reciclables. Aunque se están produciendo avances y mejoras, no podemos conformarnos con esto. Por ello, es necesario que todos aquellos que usamos dispositivos electrónicos (el 100% de la población de los países del primer mundo) nos concienciemos y seamos capaces de concienciar al resto de la ciudadanía sobre la necesidad de cambiar nuestros hábitos. Frente al consumismo exacerbado se plantea la necesidad de reducir el crecimiento (entrar en una dinámica de decrecimiento, no sólo estancamiento) y el consumo innecesario de recursos. Si cambiamos nuestro ordenador deberíamos tender a adquirir uno más eficiente energéticamente, ya que supondrá a la larga un ahorro para nuestro bolsillo y un menor impacto en el medio ambiente. Si tenemos una empresa, implantar técnicas como DALI (Dimmable Addressable Lighting Interface) puede permitirnos ahorrar hasta un 40% de energía. Y tener periféricos apagados, como por ejemplo, impresoras (siempre que no sean usadas de forma discontinua y precisen calentamiento previo) o discos duros externos, que puedan ser conectados mediante un dispositivos de relés, puede permitirnos ahorrar más energía que con la simple entrada en modo standby de aquellos.


No es un camino fácil, pero tampoco es complejo. Simplemente se trata de cambiar la forma de hacer las cosas. Está en nuestras manos conseguir un medio ambiente más saludable, y legar a nuestros descendientes un mundo mejor del que heredamos (o que el que estamos construyendo destruyendo).

domingo, 6 de julio de 2008

Mejorar las infraestructuras. Ahorro energético en la empresa (VI)

En esta breve entrada resumimos dos de las recomendaciones de EDS: la mejora de las infraestructuras de la empresa y el uso de procesadores multinúcleo.


Por un lado, los procesadores multinúcleo son más eficientes y tienen consumos energéticos más reducidos, al estar diseñados teniendo en cuenta técnicas muy actuales orientadas a la movilidad y el desarrollo de equipos portátiles. Aunque no recomendamos actualizar los equipos informáticos sin más (en la mayor parte de ocasiones es innecesario actualizar los equipos informáticos de la empresa a la última versión existente en el mercado, ya que procesadores y equipos más reducidos pueden cumplir sobradamente con los requerimientos de una PYME o una gran empresa), sí es cierto que, una vez se haga necesario sustituir los equipos informáticos debería tenderse a usar procesadores multinúcleo que, como apuntábamos, son más eficientes desde el punto de vista energético.


Además, cualquier mejora en la infraestructura de la empresa que sea convenientemente estudiada desde el punto de vista del ahorro energético brindará, automáticamente, una mejora sustancial en el consumo eléctrico, lo que redunda en un beneficio económico para la empresa. Así, en el balance de situación de nuestros equipos electrónicos deberíamos tener en cuenta el coste real (monetario y medioambiental) de los mismos.


Por último, cabría apuntar que en muchos casos los equipos informáticos sustituidos, aun siendo obsoletos, habitualmente cumplen perfectamente su función a la hora de llevar a cabo tareas no demasiado pesadas (procesamiento de textos, navegar por Internet, etc). Una opción interesante es donar los equipos a alguna organización no gubernamental o asociación sin ánimo de lucro que a buen seguro podrá dar uso a los ordenadores que hayamos desechado, reduciéndo (o cuando menos menos posponiendo) la generación de basura electrónica, tan difícil de tratar.

Mantenimiento de los equipos. Ahorro energético en la empresa (V)

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El mantenimiento continuado de los equipos informáticos en la empresa mejorará por un lado el rendimiento de los mismos, al adecuar la carga de los sistemas a su capacidad real, no infrautilizándonos ni sobrecargándolos demasiado. Además, se optimizará el uso del software si mantenemos el sistema operativo subyacente en todos los equipos optimizado y actualizado. Por otro lado, el mantenimiento del hardware es necesario para evitar que se desgaste demasiado rápido y deba ser reemplazado en un plazo excesivamente breve de tiempo. La limpieza de fuentes de alimentación y demás dispositivos mecánicos (por ejemplo, aquellos que incluyen ventiladores y disipadores) mejorará la ventilación de los equipos y, por consiguiente, se reducirá su sobrecalentamiento y el consumo energético asociado a los mismos.

viernes, 4 de julio de 2008

Optimizar las aplicaciones. Ahorro energético en la empresa (IV)

Las aplicaciones que producen escaso valor de negocio o son ineficientes deberían ser reducidas o eliminadas dentro de ámbito empresarial. Una aplicación ineficiente provoca un mayor consumo energético porque:




  1. Tarda más en ser ejecutada.

  2. Requiere más recursos que una eficiente, por lo que necesita equipos más potentes para ser ejecutada, con los consiguientes cambios de hardware en la empresa, y además obliga al procesador y demás componentes a trabajar proporcionando un mayor rendimiento, motivo por el cual se produce un mayor calentamiento de los mismos (a mayor frecuencia mayor cantidad de calor disipada por la energía producida) y un consumo de energía más elevado.


Así, deberíamos optar por aquellas aplicaciones que, ofreciendo la misma funcionalidad (aquella que necesitemos, obviamente) sean más eficientes. Sobre los sistemas operativos, no quiero mirar a nadie, pero hay un claro candidato a servir de ejemplo para esta entrada.

jueves, 3 de julio de 2008

Usar técnicas de ahorro de energía. Ahorro energético en la empresa (III)

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La tercera recomendación de EDS pasa por usar técnicas actualmente vigentes en ordenadores portátiles en ordenadores de escritorio y servidores. Así, las técnicas y tecnologías de ahorro energético que incorporan los portátiles conseguirían bajar el consumo de los equipos de sobremesa en un importante porcentaje: el apagado del monitor, discos duros y otros dispositivos, o la reducción de la frecuencia del procesador cuando éste se encuentra en desuso o a bajo rendimiento, deberían ser prácticas habituales que permitirían reducir costes en la empresa, tanto por el ahorro energético como al disipar menos calor en las instalaciones de la empresa, lo que evita tener activa la refrigeración de forma continua (ahorrándose así mayor cantidad de energía y contribuyendo en menor medida al calentamiento global).