Nota del autor

Si la entrada que estás leyendo carece de imágenes, no se ve el vídeo que teóricamente lleva incrustado o el código fuente mostrado aparece sin formato, podéis conocer los motivos aquí. Poco a poco iré restableciendo la normalidad en el blog.
Este blog es un archivo de los artículos situados previamente en Lobosoft.es y ha dejado de ser actualizado. Las nuevas entradas pueden encontrarse en www.lobosoft.es. Un saludo,
Lobosoft.

miércoles, 13 de octubre de 2010

A modo de introducción


Un objetivo esencial de los profesionales de la informática es minimizar las consecuencias negativas de los sistemas informáticos, así como las amenazas a la salud y la seguridad. Cuando diseñen o implementen sus sistemas, los profesionales de la informática deben intentar garantizar que el producto de sus esfuerzos se utilizará de manera socialmente responsable, respondiendo a las necesidades sociales, y evitando efectos perjudiciales para la salud y el bienestar.

Además de un entorno social seguro, el bienestar humano incluye un medio natural seguro. Por lo tanto, los profesionales de la informática que diseñan y desarrollan sistemas deben estar alerta ante cualquier daño potencial al medio ambiente local o global.
Asociation for Computing Machinery (ACM), "Code of Ethics and Professional Conduct".
El Diccionario de la Real Academia Española define la informática como el “conjunto de conocimientos científicos y técnicas que hacen posible el tratamiento automático de la información por medio de ordenadores”. Por su concisión, y sin dejar de ser cierta, esta acepción puede inducir al lector a mantener una visión sesgada de este campo del conocimiento tecnológico que le lleve a olvidar las importantes interacciones existentes con otros ámbitos (social, medioambiental, económico…) cuando hacemos uso de ella y las repercusiones que, para mal o para bien, tendrá cada decisión que tomemos como profesionales (generadores) o usuarios (receptores) de la tecnología existente. La trascendencia de este hecho es tanto mayor cuanto lo es la expansión de la tecnología en juego y, a día de hoy, es más que evidente que la informática se manifiesta en nuestras vidas en casi cualquier acto cotidiano que llevamos a cabo. Desde la música que escuchamos en el reproductor portátil al dirigirnos a estudiar o al trabajo, el navegador GPS del coche o el ordenador que usamos para llevar a cabo actividades diarias como leer el correo electrónico, llevar la contabilidad de la empresa o, simplemente, visualizar esta bitácora, la informática está involucrada en todo momento en cada uno de estos procesos.

El alcance de la informática en la sociedad a día de hoy llega mucho más allá del tratamiento, transmisión y almacenamiento de la información, habiendo propiciado cambios en la forma de pensar y actuar de importantes sectores de la población. No hay más que pensar durante un momento en cómo accedemos actualmente a las noticias a través de Internet, a contenidos culturales como música, cine o literatura y, especialmente, cómo nuestros datos personales han entrado a formar parte de la Red mediante la adición de contenidos personales a partir de la aparición de la llamada Web 2.0, con los blogs y todo tipo de redes sociales.

Además de lo anterior, que podríamos admitir (con ciertas reservas en las que entraremos a profundizar en futuras entradas de esta recién nacida y apenas esbozada bitácora) como efectos beneficiosos de la popularización del uso de los ordenadores y la informática en nuestras sociedades, habría que tener en cuenta el incremento de actos delictivos que se apoyan en herramientas informáticas o en la ingeniería social para acceder a información especialmente sensible: la personal, sanitaria o bancaria, entre otros datos, constituye un jugoso botín para los artífices de crímenes informáticos (conocidos en ocasiones por los nombres, no necesariamente excluyentes, de “cibercrimen” y “ciberterrorismo”).

Por todo lo anterior se hace necesaria, tal vez más que nunca, adquirir concienciación y formación adecuada dentro del ámbito de la ética para posibilitar que seamos capaces de dar respuesta a los dilemas que nos irán surgiendo a usuarios y profesionales de las NTIC (Nuevas Tecnologías de la Información y de la Comunicación). Para ello, como punto de partida podríamos tomar “Los diez mandamientos de la ética informática” propuestos por el Instituto de Ética e Informática (CEI, o Computer Ethics Institute), a saber:
  1. No usarás una computadora para dañar a otros seres humanos.
  2. No interferirás en el trabajo del ordenador de otras personas.
  3. No accederás a los archivos informáticos de otros individuos.
  4. No utilizarás un ordenador para perpetrar un robo.
  5. No utilizarás un ordenador para dar falso testimonio.
  6. No copiarás o usarás software propietario por el que no hayas pagado.
  7. No usarás los recursos computacionales de otras personas sin autorización o una compensación adecuada.
  8. No te apropiarás del trabajo intelectual de otras personas.
  9. Reflexionarás sobre las consecuencias sociales del programa que estás escribiendo o el sistema que estás diseñando.
  10. Usarás siempre tu ordenador de forma que asegure la consideración y el respeto hacia quienes te rodean.
 (El original puede encontrarse en "Ten commandments of Computer Ethics").

Pero, ¿qué es la ética informática? Para J.H. Moor, “la ética informática es el análisis de la naturaleza y el impacto social de la tecnología informática y la correspondiente formulación y justificación de políticas para un uso ético de la misma”, según la describe en su artículo “What is Computer Ethics?” Esto englobaría tanto a las preocupaciones en torno al software como al hardware, incluyendo las redes de conexión de los propios equipos.

Respecto a los “mandamientos” del CEI, procederemos a estudiar su alcance y, por qué no, sus limitaciones, en la próxima entrada. De cualquier modo constituyen un punto de partida interesante sobre el que construir un enriquecedor debate sobre los aspectos que he pretendido esbozar en esta primera entrada. A partir de aquí inicio una aventura, espero que apasionante, en torno a las relaciones que se establecen entre la informática, la sociedad y el medio ambiente que, así al menos lo deseo, no transcurrirá en solitario ya que será de agradecer cualquier aportación de los lectores.

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